Amordazar

Autor: Gabriel Sanz

Bienvenidos a De(s)generando el género.

DE(s)GENERANDO EL GÉNERO nace de la necesidad de aunar esfuerzos para lograr la Igualdad de género. El nombre no es casual, sino que se enraíza en el fin que perseguimos: degenerar los conceptos que inundan las consideraciones de género para llegar a deshacerlo, desgenerarlo, y despojarlo de todos estereotipos y mandatos que marcan “el deber ser”en función del sexo con el que nacimos. Nos definimos como feministas, porque creemos que la única forma de vivir en un mundo más justo se relaciona con la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres. Creemos que la educación e información, son la herramienta que nos permitirá vivir en la diversidad, la pluralidad y tolerancia humana. Tenemos la convicción de que esto es posible, y por eso armamos este BLOG , el cual dividimos en secciones que nos parecen de interés para quien quiera acercarse a la temática y estar actualizad@. Las sección “Reseñas”, haremos un breve análisis de distintos títulos de libros y películas que abordan la temática . En las “noticias destacadas”, exponemos los sucesos más relevantes e inauditos, con un pequeño análisis de las mismas. En la agenda, publicamos los eventos relacionados con la temática. En los links de interés, aquellos enlaces que creemos interesantes. Y en la página principal habrá una producción nuestra sobre diversos temas. Todas estas secciones, las vamos a actualizar semana a semana, ya que creemos que la Igualdad y la concientización, es un camino de todos los días.

jueves, 16 de enero de 2014

¿Quien se empodera?

Cuando pensamos en como ayudar a una mujer víctima de violencia, aparece el término “empoderar” casi de inmediato. En esta entrada pretendemos historizar un poco el término y profundizar en su significado.

La idea de empoderamiento tiene su origen en la década del 60 con el enfoque de la educación popular de Paulo Freire, quien postula la necesidad de ofrecer al pueblo una educación que lleve a la responsabilidad sobre sí mismo, “una educación que le facilitase la reflexión sobre su propio poder de reflexionar y que tuviese su instrumentación en el desarrollo de ese poder, en la explicación de sus potencialidades, de la cual nacería su capacidad de opción” (Freire 1992,p.52). En la misma línea argumental Gramsci y Focault definen al “poder como el acceso, uso y control de recursos tanto físicos como ideológicos, en una relación social siempre presente” (Leon, 1999, p. 2).
Si bien no hay un común acuerdo de quien fue la persona que establece este concepto específicamente al colectivo de mujeres, la mayoría de los textos coinciden que fue propuesta en 1985 “para referirse al proceso por el cual las mujeres acceden al control de los recursos (materiales y simbólicos) y refuerzan sus capacidades y protagonismo en todos los ámbitos”i . Es decir, que podemos entender el empoderamiento como una expresión de la libertad de elegir y actuar, y como el poder de las mujeres sobre los recursos y decisiones que afectan su vida. Empoderarse implica ser protagonistas de sus propias vidas.

La idea del empoderamiento de las mujeres no es condición exclusiva de aquellas que están siendo víctimas de violencia ya que por el hecho de ser parte de esta cultura, todas y todos reproducimos en más o menos, la subordinación de las mujeres como género. Sin embargo, en aquellas que están siendo violentadas por el hecho de ser mujeres, la violencia provoca un arrasamiento subjetivo que la despoja mucho de esta capacidad de control sobre los propios recursos y derechos.
Es por eso que una parte fundamental del empoderamiento es la toma de conciencia de los propios derechos e intereses, y de como estos se relacionan con los de otras personas; el objetivo es que las personas vulneradas puedan posicionarse más sólidamente, participen en el cambio social, se agrupen colectivamente y estén en condiciones de influir en la toma de decisiones. Es decir que el empoderamiento tiene una dimensión individual relacionada con los propios niveles de autoestima y la autonomía, y otra dimensión colectiva, que implica la necesidad de unirse con otras personas con objetivos comunes, a fin de que aumenten su capacidad de participación y llegada.

El poder que el empoderamiento pregona, se separa ampliamente de la concepción clásica de poder en término patriarcales. Se transforma de su significado de dominación sobre otrxs, para poner al sujeto en el centro de la escena. Desde esta perspectiva hablaremos de:

a) Poder propio: La toma de conciencia de su subordinación, el aumento de la confianza en sí mismas, y al registro de como es capaz de influir en su vida y realizar cambios-
b) Poder con: La capacidad organizarse con otrxs, negociar y defender un objetivo común.
c) Poder de: La identificación de sus intereses, de tomar decisiones y de desarrollar opciones creativas y de potenciar sus capacidades intelectuales-

Así, la mujer que logra empoderarse deja de ser sujeto para otrxs (de la historia, de la cultura) para ser sujeta de su propia su vida y protagonista de la historia, de la cultura y de la política, con libertad y legitimidad para opinar, participar, actuar y crear. Como proceso subjetivo, implica desarrollar la conciencia de la propia capacidad, del derecho a tener derechos, de ganar legitimidad con una misma, y autonomía y seguridad subjetiva para tomar decisiones propias, para elegir, para ser quien quiere ser.
Esquemáticamente, podemos pensar el empoderamiento como el elemento espaciador entre la vulnerabilidad y las mujeres. Las situaciones de violencia llevan a estas a quedar bajo la sombra del discurso hostil del violento, siendo la vulnerabilidad un efecto de esto. Empoderarse implica reducir esa vulnerabilidad e incrementar la propia capacidad de configurar la vida y el entorno, y tomar decisiones para el cambio. Como es necesario tomar conciencia de lo propio, empoderarse es algo que le sucede a cada quien, es un proceso absolutamente personal. Una SE empodera, no LA empoderan. El resto de lxs actorxs -llámese familiares o institucionales- acompañan el proceso; el cambio se concreta cuando esa mujer se individua, es decir se constituye como un ser único e independiente y con capacidad para decidir.
Considerando que a lo largo de la historia, las mujeres hemos sido un colectivo inhabilitado para ejercer poder, empoderarse es un logro que nos compete a todas y que nos permitirá tomar contacto con nuestro potencial transformador para defender nuestros derechos de manera individual, y posteriormente de manera grupal para trabajar en sororidad hacia una mayor equidad de género. Porque, como dice la popular consigna, “lo personal es político”.

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino




Bibliografia

Cepeda Islas Susana El empoderamiento de la mujer como motor del desarrollo local: caso Ejido Narigua, Municipio de Gral. Cepeda, Coahuila

Freire P. (1992). La educación como práctica de la libertad. México: siglo veintiuno

Leon, Magdalena (1999) Poder y empoderamiento de las mujeres. Región y Sociedad. VOL XI. N°18. Bogotá

VV/AA (2007): El Proceso de empoderamiento de las mujeres. Guía metodológica. Brusellas.


VV/AA: Diccionario de acción comunitaria y Cooperación al Desarrollo

VV/AA: Principios para el empoderamiento de la mujer . La igualdad es buen negocio Iniciativa conjunta de UNIFEM y del Pacto Mundial de la ONU